domingo, 8 de junio de 2008

DEMASIADA BASURA (crónica de un viaje-concierto)


Jueves por la noche, cenando pizza y Chiken Wings con los amigos, decido asistir a un concierto en Tepoztlán (La Colmena)…En realidad decisión un poco indecisa, tengo ganas desde que lo anunciaron en Trikinhuelas, pero ando corta de recursos monetarios y pues siempre viajar es igual a gastar. El concierto es en sábado y la salida viernes por la tarde.

Viernes por la mañana, arreglarme para la graduación de la UDLA, mi súper amiguis me invitó al brindis, llego con un vestido, saco y tacones, uy! raro ver a Semilla tan arregladita.

Salgo del brindis, llego a casa, cambio saco y tacones, por jeans y tenis, mantengo el vestidito, empaco pasta y cepillo dental, camiseta, bikini, filtro solar, cámara, sombrilla, pongo comida y agua suficiente a los perros, tomo llaves del auto y me dirijo a casa de Cornelio, Marisol y Pequeño Saltamontes para tomar juntos carretera.

El viaje dura aproximadamente 2 horas con treinta minutos, estamos en Tepoztlán a las 7:00 p.m., en el teléfono del cuate que había que encontrar se escucha una contestadora. Estamos los cuatro a la expectativa de ubicar a más amigos mientras compramos elotes, caminamos un poco y nos sentamos a beber cerveza en un bar.

Estoy con mis compañeros de trayecto y mi cámara, tomando fotos, un poco lejos de casa y me siento bien, aunque observo el pueblo de Tepoztlán distinto a otras veces, muchos emos y DEMASIADA BASURA, veo los rostros de las personas muy serios.

Contactamos a los amigos vía celular, nos dicen donde encontrarlos, subimos al auto y comienza a caer un aguacero, a los cuatro nos pone de nervios tanta lluvia, pero unos minutos después estamos sentados en un restaurante, con el gran amigo de Cornelio que nos dará hospedaje en la casa de un familiar. Un grupo de 5 o 6 personas de Guadalajara están cenando, chalupas de 120 pesos, tacos de pescado de 200, lo merecen, manejaron desde allá, como un pastel de zanahoria y bebo una copa de vino, yo sí que no manejé nada, Cornelio lo hizo por mí.

Para de llover, llegan más amigos y vamos a la casa a instalarnos. Buscamos un cuarto, al parecer ya han llegado varias personas antes porque en todos las recámaras, que eran muchas, había mochillas estratégicamente colocadas apartando espacios, encontramos una habitación libre y nos instalamos.

Pequeño Saltamontes y yo observamos la alberca, está verde y natosa, declaramos que no nadaríamos por ningún motivo en tanta mugre. Llegan y llegan amigos, de pronto hay mucho tequila, cigarros y desmadre.

Bailamos, bebemos y…,ya en la madrugada, nadamos. Con unos cuantos tequilas alegrando la noche la alberca ya no se ve tan sucia como al inicio.

Decido, después de nadar, bañarme con agua tibia y dormir. A las seis de la mañana escucho gallos cantar, al parecer están justo junto a la cama, cacareando en mi oido, el cual retumba al lado de mi cerebro, los labios secos y campanadas. Abro los ojos, Pequeño Saltamontes juega con unos cochecitos y le pido que me acompañe a buscar agua, suerte que traigo aspirinas en la bolsa, un par de esas y mucho líquido me ayudan a dormir un par de horas más.
8 o 9 de la mañana los compañeros de fiesta y yo comenzamos a despertar, buen día, todos ojerosos y contentos. Se comienza a organizar la jornada, lo primero desayuno en el mercado. Una quesadilla de nopal con chapulines y otra de huitlacoche, un litro de jugo de naranja y un café de olla muy desabrido son mi elección. Observo al grupo de amigos comer y estar alegres. Estoy crudísima, pero contenta y un poco lejos de casa, pienso en mis perros, aviso que volveré a casa hoy mismo al terminar el concierto o tantito antes, ¿que si voy a manejar sola en la noche?: si lo haré, mi auto y yo nos llevamos muy bien y tengo una cita de chamba domingo a las 10:00 am. Tomo más fotos y pido a mi cabeza que deje de doler, ya no tengo más aspirinas a la mano y el café no ayuda mucho.

Organizar ahora el traslado al concierto, el lugar es de difícil acceso, así que hay que dejar el auto en el lugar indicado para tomar una camioneta que nos transportará. Marisol, Mariano, Pequeño Saltamontes y yo, decidimos partir juntos, todos los demás se van por otro lado. Hay que caminar un poco para llegar, Natalia Lafourcade se escucha en el aire mientras marchamos…mi cabeza duele y el cuerpo un poco también. Qué espectáculo de espacio: montañas rocosas, árboles, neblina, calorcito, humedad y Los Cojolites comienzan a tocar justo cuando vamos llegando…qué rico Son!, jarana, cajón, percusiones…WOW, por un rato me olvido del sueño y la jaqueca, bailo, aplaudo canto.

Después de Los Cojolites ya no pongo mucha atención en la música, a disfrutar del espacio y descansar, recuperarse para la manejada de al rato. Acostada en el pasto siento el retumbar de la música en mi espalda, muchos pájaros muy enormes revolotean sobre nosotros, me pregunto si sienten en el aire las vibraciones que yo siento en la tierra. La neblina se abre, sale el sol, la neblina vuelve, llueve. Los amigos van, vienen, nos saludamos, nos despedimos, mucha mucha gente. DEMASIADA BASURA.

Por la tarde a esperar al grupo estrella, Sigur Ros, en realidad no los he escuchado demasiado, pero hay mucha expectativa por parte de los verdaderos fans, supongo que será algo bueno. Comienzan a tocar…mucha belleza en su música, la gente alrededor mío llora y disfruta. Observo, los eventos masivos me conmueven más por el público, que por el espectáculo. Y como otras veces me siento incapaz de sumarme a la masa, empatizo, pero no disfruto como ellos, lo hago diferente…en este momento no quiero tomar fotos, ¿cómo fotografiar lo que escuchas?.

3 o 4 canciones y el grupo sale del escenario, toca una banda de metales, marchas o algo así, terminan y un jóven al micrófono pide la presencia de la Dra. Stéfani…el baterista está enfermo, se sospecha en el público que desayunó en el mercado y tiene diarrea.

5 minutos, 10 minutos, 15 minutos, hora de partir, ir a buscar mi auto, regresar a casa. Sólo me despido de Marisol, Cornelio, Pequeño Saltamones y Mariano, los demás están en su viaje y supongo ni notarán mi partida. Camino por la vereda oscura, encuentro a otra chica caminando sola, Paulina, estudiante de música, parte para el DF, está cansada, la charla hace que la caminata se haga breve, se oye de nuevo a Sigur Ros, dejo el lugar escuchándolos.

Subo a la camioneta 8:45, a las 9:00 estoy en mi auto cargando gasolina, el despachador me desea buen viaje y me pide viajar con cuidado, seguro lo haré, Santos, Luca y Lana ya deben tener hambre y debo llegar bien.

En el trayecto escucho un par de veces el disco de Wilco (Sky Blue Sky 2007), quiero aprenderme las canciones, son como un retrato de mis pensamientos.

Llego a casa, 11:00 p.m, la encuentro en paz y hermosa como siempre, ella me abraza, mis perros me besan, los saco a correr, llueve…estamos mojados, juntos…ahora a descansar, mañana, en domingo, hay que trabajar.

5 comentarios:

::júbilo::haku:: dijo...

a los otros.. nos abandona todo el fin

Semilla dijo...

júbilo querido, no llore usted, que estuvo invitadísimo

Anónimo dijo...

Parece que saliste de ahí a tiempo. Leí en otro blog que la salidas se pusieron muy espesas (en muchos sentidos).
¿No te parece super rico trabajar después de haberte relajado? A mi si me gusta :-)
Saludos!

Anónimo dijo...

Por cierto, como veo que te interesa la educación: ¿qué opinas de las "escuelas activas"? ¿recomiendas ese sistema?
Saludos otra vez!

Semilla dijo...

Ari: Si dicen que la salida se puso horrible, de la que me salvé! aunque ya no me tocó ver la parte "chida" del concierto.

En realidad el paseo fue muy divertido, pero nada relax, más bien fue cosa de no parar, de bailar, caminar, manejar...así que el domingo estaba que moría de agotamiento...

Lo de las escuelas activas está difícil responder en este espacio...mejor voy a escribir un post al respecto, sale?

Saluditos