domingo, 24 de enero de 2010

Tramitefobia

De acuerdo a la Wikipedia, fobia, además de ser una agrupación de rock mexicana se define como:

[… ] un trastorno de salud emocional que se caracteriza por un miedo intenso y desproporcionado ante objetos o situaciones concretas […]También se suele catalogar como fobia un sentimiento de odio o rechazo hacia algo que, si bien no es un trastorno de salud emocional, sí genera muchos problemas emocionales, sociales y políticos

Pues exactamente así me siento ante la posibilidad de tener que realizar un trámite ante una agencia gubernamental de cualquier tipo. Lo rechazo, lo odio y me genera una cantidad enorme de problemas.

Por ejemplo, ir a pagar el agua con recargos por retraso injustificados. Lo primero es procrastinar, posteriormente intento agarrar valor para pararme frente a ventanilla y resolver el malentendido, vuelvo a procrastinar, me decido a hacerlo, rumbo a la dependencia se me acelera el corazón, durante el trayecto identifico todos los retornos por si decido arrepentirme, vuelvo a tomar valor. Llego, confronto al o la burócrata en turno, sonrío, trato de considerar su condición de empleado de ventanilla (debe de ser espantoso), explico la situación. El/la burócrata me sonríe y con amabilidad fingida expresa su imposibilidad de resolver el problema, ya que la capacidad de cobro del sistema es inamovible y por supuesto muy superior a su coeficiente intelectual. Comienzo a sentir impotencia, mezclada con dosis considerables de desesperación y mal humor. No deseo enojarme, estoy convencida de que eso no solucionará algo. Mi nivel de confusión es tal que me quedo pasmada mirando al ser humano tras ventanilla y comienzo a sentir que los ojos se me llenan de lágrimas: “señorita, ¿tiene un kleenex?”, qué vergüenza, pero es que mire es la tercera vez que me cobran de más y no es sólo que no me parece justo y que no tengo el dinero, sino la perdedera de tiempo, gasolina…bla bla bla…termino contándole el cúmulo de frustraciones de la semana. Le doy las gracias por la atención y escucha y me despido amablemente, sin resolver absolutamente nada.

Es real, me ha sucedido. Detesto hacer trámites, me generan un estado de ansiedad completamente irracional, acabo adquiriendo deudas innecesarias por evitarlos y lo peor es que no me atrevo ir a  terapia por el terror de que como parte de la cura se me obligue a realizar algún trámite y termine pasando la vergüenza de llorar en ventanilla.

No soy una persona llorona, más bien se me da hacerme la valiente ante todo tipo de situaciones, resuelvo problemas con una eficiencia sorprendente en cualquier ámbito laboral o doméstico, pero cuando se trata de acudir a sacar la licencia, el pasaporte, pagar la tenencia, realizar la verificación, pagar impuestos o cualquier servicio público, se me desata la fobia…Esta semana estuve enfermísima, salmonelosis, no fui 5 días a trabajar, me descontarán de la quincena cada uno de ellos, pero no tuve el valor de presentarme en el Seguro Social a tramitar la incapacidad…caramba, que nefasto!

Sólo lo platico por desahogarme, pero si tienen algún consejito o se sienten identificados de algún modo agradeceré que lo compartan.

2 comentarios:

::júbilo::haku:: dijo...

como le comentaba en el twtr, padecemos del mismo mal... hace una semana hasta de la panza anduve mal del puro stress...

Semilla dijo...

:( ya sé, es nefasto