Hoy desayuné pan de muerto, café y un abrazo. Horas más tarde me disponía a meditar cuando escuché el zumbar de una mosca...entonces, mientras respiraba, agradecí y aprecié profundamente el don de escuchar. Fue entonces que el bicho, a través de sus alas, se transformó en maestro.
lunes, 2 de noviembre de 2015
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