Leí en El Universal un pequeño artículo de Lydia Cacho sobre la violencia de género. Cito aquí su conclusión:
"...el ciclo de la violencia en la familia no podrá detenerse si los hombres, como género, no asumen su responsabilidad para prevenir, evitar y erradicar la violencia masculina; no sólo porque al final se revierte contra toda la sociedad, sino porque el niño maltratado que casi todos llevan dentro necesita saber que hay otras formas, amorosas y compasivas de ser varón. No hay transformación social, sin haber antes una transformación individual, escribió Krishnamurti. Por eso se solicitan hombres buenos para cambiar a México, interesados organizarse y darnos esperanza."
Este es un tema que me preocupa. Comentaba con Solondra la otra noche, mientras bebíamos cerveza en un antro, que de alguna forma muchas de las mujeres de nuestro entorno hemos estado expuestas a relaciones abusivas. Es impresionante lo común del problema en todos los sectores sociales. Y no hablo sólo de golpes, la violencia se expresa de tantas formas, la propia autora de este artículo ha protagonizado uno de los ejemplos más indignantes, no solamente de violencia, sino de impunidad hacia quien la ejerce. ¿Qué estamos esperando para dejar de reproducir, solapar, permitir qué el círculo de la violencia se siga perpetuando?.
lunes, 31 de marzo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario